Parece que Gordon Ramsey, con sus estrellas michelin en su restaurante original de Chelsea no ha querido perder la carrera de la restauración londinense y se ha lanzado a abrir locales más y menos informales para ganarle al rey absoluto de la ciudad, Jamie Oliver.
Bread St Kitchen es el último en la lista, un local que los ingleses denominarían Modern Eclectic, con decoración industrial, techo plagado de tubos de aire acondicionado y tuberías de agua, luces de neon, sillas antiguas escolares de metal y madera envejecida, flexos, cordones eléctricos y maitre super fashion con traje entalladisimo, chaleco y lentillas (a lo familia Cullem en Crepúsculo).
La carta no es sorprendente ni novedosa. Me gusta la división en 3 grandes secciones, la primera llamada Raw Bar, que ahora parece estar tan de moda en las cartas internacionales, ofrece una mezcla de -como su nombre indica- cosas crudas: ceviches, carpaccios, sashimi, ostras.... De ella elegimos un ceviche de salmon con pomelo rosa que promete y unas gambas curadas con lima y cilantro con pasta de cangrejo sobre tosta de lo más estandar. El ceviche no es más que trozos irregulares -mas bien pingos- de salmon sobre un poquito de zumo de lima, cebollino cortado encima y tres puntas de pomelo decorando...(necesitaríamos sal y pimienta y chile fresco, o cilantro, o leche de coco..... lo que sea que alegre este plato). Igualmente pedimos una ensalada de quinoa, en la que la quinoa brilla por su ausencia y en la que 2 tercios de la ensalada son pasas empapadas en modena hiper dulce (me gustaba la idea de la quinoa, granada, pepino, radish e hinojo...pero no es mas que una sopa de pasas con pedazos gigantes de pepino). De segundo no hay 3 platos de la carta. Sonaba genial la sepia con salsa de chorizo y pimenton pero nos quedamos con las ganas, cambio por cambio por cambio llegamos a quedarnos con lo menos interesante: un bacalao sobre pure de patata y alcachofa y un yellow fin tuna con hinojo y salsa de tamarindo. Mi hija mas o menos acierta con un cuello de cordero embadurnado de gravy dulzon y acompañado de polenta crujiente. Acierta por lo tradicional del plato.... Aún así los 3 segundos son hiper dulces, el tercer bocado te cuesta, el exceso de melaza hace que ya no distingas lo que hay debajo, parece la salsa barbacoa de los chicken wings de Mac Donalds.... y para colmo llevas 2 botellas de agua en el estómago para intentar diluirlo un poco.. así que notas los trozos de bacalao flotar en la pecera de tu estómago.
Gordon Ramsey ha montado un restaurante efectista y gigantesco, al menos estabamos 100 personas cenando, decorado con gusto y mucho dinero en el que la comida no vale lo que cuesta y la expectativas se quedan en la cuneta. El mosqueo de la cuenta es supino. Casi 80 euros por cabeza.
Un tipo con dos estrellas michelin no puede poner su nombre en algo así. Estoy por mandarle al Gordon de Hell's Kitchen y meterle un paquete tremebundo.
Para no volver y para que no te queden ganas de probar ninguno de sus otros 7 restaurantes en Londres. Lo mejor del lugar: la decoración y las vistas de la Catedral de St Paul.
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Bread Street Kitchen
10 Bread Street
EC4M 9AJ, London
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