domingo, 8 de abril de 2012

Roma VIII: la Cave di S. Ignazio y la vuelta a casa




Hoy hemos comido en la Piazza de S. Ignazio, una pequeña placita cercana al Pantheon ( o como dicen los italianos "il Pánteo"). Una plaza ideal con una terraza muy agradable de manteles azules de cuadros. Llena de gente local mezclada con turistas y un par de curas, que por el trato con los camareros parecían clientes habituales. Este local, abierto hace mas de 100 años ha hospedado de Churchill a Clinton pasando por el rey Faruk de Egipto... Los dueños son cavaliere de la República, dada su contribución a la vida romana, y en sus paredes tropemil fotos con famosos y no tan famosos. Es un indiscutible regreso a los 70 y los restaurantes que todos hemos visitado en la infancia. No espereis nada fino, solo comida casera básica, buena y la vigilancia de la mirada atenta de la mamma, dueña del local, sentada junto a la caja registradora (esto es ya un clásico). En la puerta, una enorme falla valenciana -por decirlo de alguna manera- hecha con alcachofas, como un centro de flores gigante, una pirámide, la fontana di Trevi en alcachofas grandes y redondas, verdes y moradas...

Los camareros de "Le Cave di S. Ignazio" son clásicos, muy mayores, amables, con esa paciencia infinita que se agradece en cierta generación y en algunas profesiones de alto riesgo (como camarero en zona turística). El nuestro tenía, además, la intuición super afinada, empatía y el cariño de un abuelo, así que seguido por su consejo ha caido una fantástica zuppa di verdure, repleta de apio y una lasagna espectacular de 10 láminas al dente. El hecho de morder y notar en cada bocado las láminas una a una, crujientes, hasta llegar al final era parre fundamental del placer de comerla. La suerte de ser tres es, que además de lo tuyo, puedes probar lo que han pedido los demás: una putanesca buena y sencillota, y una carbonara buena, que tras la de ayer de Roscioli ya no podemos ni nombrar.

Tras la locura empapada del coliseo, en el que nos ha caido la tormenta perfecta, la carrera al hotel y al aeropuerto, la espera de 2 horas (uno nunca sabe y en el aeropuerto de Roma mejor prevenir que llegar tarde) ya estamos los 3 sentados en un avión lleno hasta las trancas, en el que además hay un cole completo de adolescentes argentinos o chilenos uniformados. Esto me recuerda a la tragedia de Los Alpes, esa de "Viven"... -sí, ya se que era un equipo de rugby uruguayo o algo así-. Así que seguramente nos estrellaremos y tendremos que comernos a la azafata. Por suerte, nuestra maleta lleva 6 kilos de alcachofas, 3 escamorzas, 2 litros de aceite de oliva, una mortadella bolognesa, un paquete de tagliattelle un lardo di colonatta, una pancetta de medio kilo, una salchicha, una butifarra, 3 botes de mostarda y un par de botellas de vino. Además de media colección primavera-verano de Zara.

La Cave di S. Ignazio
Piazza S.Ignazio 169
Roma
Tel: +39 06 6797821

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1 comentario:

Wendy Pan dijo...

Envidia que me dais (de la sanota, eh?), por no decir hambre que me dais que son las 14:14 horas y sereno ;D

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