jueves, 12 de agosto de 2010

My #foodielife de dieta...

A sticky, sickly, unctuous piece of chocolate fudge cake will not only make you look quite greedy, but is also known to cause the serious affliction “chocolate fudge cake smile.” 



Me gusta estar a dieta, me gusta caminar y sentirme un poco más ligera, no es que pese menos que ayer, pero el agujero en el estómago que tengo antes del desayuno me hace sentir liviana (seguro que he adelgazado 10 kilos desde ayer -me digo a mí misma con convicción-). Me gusta cuando el aire viene en dirección a mí, de frente, y el viento me aleja el pelo de la cara. Es como estar metida en un anuncio. Caminas a grandes zancadas, con los zapatos de taconazo y piensas -"hoy es un día magnífico, insuperable"- Creo que hay un grupo en facebook con esto -pienso- y me siento algo más banal... vaya.

Sigo pensando.

Me gustan las palabras como pederniz y catatombe. No distingo las perdices de las codornices y catatombe es mucho mas jevi que hecatombe porque obviamente te deja catatónica. Seguro que alguien tambien metió esto en facebook, tengo que chequearlo.

Odio la sensación de mirar la tarta de chocolate del starbucks desde el otro lado de la vitrina. Esa que me saluda a diario cuando pido mi cafe latte. Es tan maravillosamente perfecta que parece de mentira, como la comida japonesa de cera. Es un pedazo de esos preciosos con doble capa de chocolate de más de un dedo. Parece de cartón piedra brillante, como barnizada, de vinilo... como sacada de esas cocinitas que venden en imaginarium.

Odio la sensación que tienes después de haber comido un trozo de tarta de chocolate en mitad de una dieta. Porque a la tarta de la vitrina, todos los días le digo adios... menos hoy.
Me la he comido, y estaba seca y algo dura, pero me la he comido. Ha debido pasar tanto tiempo exhibiendose en la vitrina que estaba hecha un trozo de piedra. Seca, seca, seca. Y yo inútil de mí me la he comido.
Todo un ejercicio mental completo pasa por mi mente antes de salirme de la dieta: Sopeso, me autoengaño, me convenzo, asumo... y zas!....me lanzo al vacío extremo. Caida libre.
¡¡Y la tarta estaba fatal!!- Quiero denunciar a alguien. No, mejor no, no puedo dejarme vencer, he dicho que me la como y me la como, me la como y la disfruto además. Aun cuando con el segundo mordisco me arrepiento de nuevo y empiezo a pensar en el cake que tenía al lado, con mejor pinta. Y tengo la misma sensación de quien ha malgastado uno de los tres "deseos" de la lámpara. Ahora ya no lo puedo cambiar.

Ya solo me queda irme a facebook y encontrar uno de esos grupos de multitudinarios anónimos con el que comparto hacerme fan de "un mal día", "hoy me salí de la dieta" "chocaholic anonimos" o lo que sea... para variar voy a acabar el día metida en esa masa gris e informe de los grupos de facebook que nos recuerda a diario que somos cero originales, únicos y especiales...

¿Donde está la chica delgada de taconazos del anuncio de esta mañana?
-Ah... ya me acuerdo, se quedó en Starbucks desayunando mientras yo salía arrastrando a duras penas mi vulgaridad.
sip.

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